El cine es un arte que como todos sabemos, tiene poco más de un siglo de historia, sin embargo, la gastronomía existe desde que el hombre es hombre. Pintores como Cezanne, con sus famosos bodegones; o Da Vinci con su última cena; han expresado con su arte, esa estética innegable que tienen los alimentos de los que nos servimos, y todo lo que le rodea al ritual: cestos, cubertería, vajillas, manteles, copas, mobiliario, iluminación. Elementos que crean atmósferas capaces de llevar al ser humano a lo sublime, a lo sagrado, al mismo tiempo a lo erótico, a sucumbir a la tentación a los placeres terrenales, nos invitan a rendirnos a auténticas experiencias sensoriales: olor, sabor, tacto, vista, e incluso oído. Son atmósferas que pueden seducir reyes, conquistar masas, sellar grandes negocios, alegrar nuestras existencias o incluso amargarlas.
Además, la gastronomía siempre me ha parecido una auténtica manifestación cultural, una de las más perfectas expresiones de identidad de los pueblos, de sus costumbres, de las características particulares de la tierra que provee sus frutos, de la coyuntura histórica de las naciones. Las mesas de nuestros hogares reflejan muchísimo más que lo que está a simple vista, sin darnos cuenta, expresan cosas como la época del año en que se vive, o la religiosidad de los comensales, se pueden descubrir muchos aspectos del carácter de una persona simplemente observando sus hábitos gastronómicos. Por eso cuando he tenido la oportunidad de viajar, el momento que más me ha gustado es comer con las familias de mis amigos suecos, italianos, alemanes o españoles, creo que es una de las más bonitas maneras de conocer el mundo.
Entonces, cuando el cine se interesa por la gastronomía, tiene como resultado un tipo de film que despierta del todo mi interés. Quisiera compartir con quienes pasen por aquí, una selección que he hecho de 15 títulos del séptimo arte, en los que la gastronomía desempeña un papel importante, aquí van los primeros cinco:
01.-"Vatel", Roland Joffe, 2000, Reino Unido-Francia.
Nos relata el difícil compromiso en el que se ve involucrado el célebre cocinero francés del siglo XVII François Vatel (creador de la crema Chantilly), cuando su patrono, el Príncipe de Condé, debe recibir al Rey Luis XIV de Francia y a toda la corte de Versalles durante un festejo de 3 días y 3 noches. Condé espera que el Rey quede tan satisfecho como para que lo ponga al mando de las tropas que combatirán en la incipiente guerra contra Holanda.
Además, la gastronomía siempre me ha parecido una auténtica manifestación cultural, una de las más perfectas expresiones de identidad de los pueblos, de sus costumbres, de las características particulares de la tierra que provee sus frutos, de la coyuntura histórica de las naciones. Las mesas de nuestros hogares reflejan muchísimo más que lo que está a simple vista, sin darnos cuenta, expresan cosas como la época del año en que se vive, o la religiosidad de los comensales, se pueden descubrir muchos aspectos del carácter de una persona simplemente observando sus hábitos gastronómicos. Por eso cuando he tenido la oportunidad de viajar, el momento que más me ha gustado es comer con las familias de mis amigos suecos, italianos, alemanes o españoles, creo que es una de las más bonitas maneras de conocer el mundo.
Entonces, cuando el cine se interesa por la gastronomía, tiene como resultado un tipo de film que despierta del todo mi interés. Quisiera compartir con quienes pasen por aquí, una selección que he hecho de 15 títulos del séptimo arte, en los que la gastronomía desempeña un papel importante, aquí van los primeros cinco:
01.-"Vatel", Roland Joffe, 2000, Reino Unido-Francia.
Nos relata el difícil compromiso en el que se ve involucrado el célebre cocinero francés del siglo XVII François Vatel (creador de la crema Chantilly), cuando su patrono, el Príncipe de Condé, debe recibir al Rey Luis XIV de Francia y a toda la corte de Versalles durante un festejo de 3 días y 3 noches. Condé espera que el Rey quede tan satisfecho como para que lo ponga al mando de las tropas que combatirán en la incipiente guerra contra Holanda.
Vemos entonces como Vatel, quien declaraba su deseo por lo absoluto, por lo sublime, por lo perfecto, despliega sus extraordinarias habilidades como chef ejecutivo, para organizar, con tan sólo 15 días de antelación, un banquete de 03 días y 03 noches, de más de 80 platos y que sea capaz de satisfacer y sobrepasar las expectativas del monarca y su corte.
La película es un alarde de producción, con bellísimas puestas en escenas, vemos unos preciosos buffets, faisanes, perdices, frutas exóticas, vestuarios, y una recreación de los famosos espectáculos que organizaba Vatel para sus comensales, con ballenas mecánicas, valkirias, y un sin fin de números artísticos.
Es también una reflexión sobre la libertad, Vatel amaba su trabajo, pero jamás se privaría de ser libre, no había ni reyes, ni príncipes ni condes que pudieran privarle de su libertad.
02.-"Deliciosa Martha", Sandra Nettelbeck, 2000, Alemania.
Nos encontramos con Martha, una guapa jefa de cocina de un elegante restaurante de Hamburgo. Algo neurótica y obsesionada con su trabajo, el cual desempeña buscando infatigablemente la mayor precisión. A Martha le cambia totalmente la vida cuando su única hermana, que es madre soltera, muere en un accidente automovilístico. Martha debe entonces hacerse cargo de Lina, su sobrina huérfana, quien está en shock por la reciente pérdida de su madre. La adaptación entre Martha y Lina no resulta nada fácil, especialmente porque van descubriendo que son muy parecidas, a las dos les gusta cocinar y son rabiosamente perfeccionistas, el toque simpático lo da Mario, un cocinero italiano que contratan en el restaurante de Martha, y quien al principio no es muy bien recibido, pero luego sucumben a sus estereotipados encantos que incluyen pasta, y canciones del país de la bota.
03.-"Como agua para chocolate", Alfonso Arau, 1992, México.
Adaptación del libro de Laura Esquivel. Aproximación al realismo mágico, con toques surrealistas. Ambientada a principios del siglo pasado, nos cuenta la historia de un amor fallido, que es truncado por una malévola madre que decide que su hija menor no puede casarse sino que debe permanecer soltera para cuidarla a ella, entonces su amado accede a casarse con la hermana mayor, sólo para poder estar cerca de su verdadera pasión.
Todo lo anterior está aderezado con unas interesantes metáforas entre la deliciosa y sensual gastronomía mexicana y las situaciones que se desarrollan en el film. Se me antoja que Arau quiso plasmar algunas influencias de Buñuel o de Ripstein.
04.-"El festín de Babette", Gabriel Axel, 1987, Dinamarca.
En el siglo XIX, nos situamos en el seno de una remota aldea puritana danesa. En ella viven dos ancianas hermanas, hijas de un fallecido sacerdote de la aldea, solteronas, ya que movidas por su rígida y profunda fe, decidieron renunciar a los placeres carnales, y al amor.
Un día llega a sus vidas, Babette, una refugiada francesa que huye de la cruenta guerra que azota su país. Babette llega recomendada por el amor de juventud de una de las ancianas, y trabajando como sirvienta, se integra rápidamente a la introvertida, rigurosa, y ultra-religiosa vida de la aldea.
Pero un día Babette se gana un premio de lotería, y decide regalarle a la aldea un banquete al estilo auténticamente francés, Babette trae desde su país para la ocasión todo tipo de insumos necesarios para su cena francesa: una inmensa tortuga para hacer sopa, miles de codornices, que preparará en una cama de hojaldre en una receta llamada "Codorniz en sarcófago", los mejores vinos galos, champán, trufas y todo tipo de manjares típicamente franceses.
Una magnifica puesta en escena, y una hermosa reflexión sobre la modestia y sobre como el arte de la cocina puede regalar felicidad, despertar los sentidos y darle rienda suelta a la alegría, incluso a un grupo rural de puritanos daneses.
05.-"El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante", Peter Greenaway, 1989, Reino Unido.
Una de las obras cumbres de Greenaway, este director británico que según mi opinión, experimenta tanto con la imagen, que hace de ella una experiencia más cercana a las artes pictóricas que al cine. El film nos cuenta la historia de un ogro que es dueño de un restaurante, y que aterroriza a todo su entorno, a todo lo que toca.
La cocina del restaurante es más parecida a uno de los bodegones de Cezanne o a un cuadro de Velázquez, que a uno de un restaurante real actual, la fotografía es impresionante, con ese inmaculado blanco cuando entran a los cuartos de baño y ese rojo de ira de los salones comedor.
Violencia, antropofagia, repugnancia, venganza, inquietud (el niño ayudante de cocina que canta, albino, y con estética siniestra, me erizaba la piel), pero quitando esta estética tan recargada, ese interés más por la imagen y forma que por lo narrativo; la película nos ofrece una experiencia cinematográfica bastante original, aunque claro, en este viaje queda excluido totalmente al final el placer de la gastronomía.
Bueno, esas fueron las primeras cinco, de quince en total que he seleccionado. Dejo la lista de hoy:
01.-"Vatel", Roland Joffe, 2000, Reino Unido-Francia.
02.-"Deliciosa Martha", Sandra Nettelbeck, 2000, Alemania.
03.-"Como agua para chocolate", Alfonso Arau, 1992, México.
04.-"El festín de Babette", Gabriel Axel, 1987, Dinamarca.
05.-"El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante", Peter Greenaway, 1989, Reino Unido.
¡Buen provecho!
Nota: Post dedicado especialmente a todos los amigos que se dedican a ese hermoso arte que es la cocina, y a quienes admiro tanto. Un cordial saludo a mi amigo Chef Orlando "Yayo" Amaro, Executive Cheff de Pamplona Tapas Bar en Lafayette, EE.UU.
5 Responses:
Tienes toda la razón cuando hablas de la cocina como parte de la historia y parte de las tradiciones de nuestros pueblos...
Gracias por la lista de films
De gastronomía exótica solo te puedo decir que mi abuelita josefina, hacia un dulce de toronja que cortaba en finas tiras, en un azafate de madera se sentaba a darle forma una por una con sus manos y luego lo serenaba con la luna....
que bonita palabra es "azafate", me gusta mucho, no la conocía, la tuve que buscar en el DRAE y me entero que es como una especie de bandeja que tiene algo de profundidad. Me lo imagino como una batea pequeñita. Ese que comentas que utilizaba tu abuela, de madera, tenia que haber sido un utensilio de cocina muy hermoso.
Ese postre de toronja de tu abuela que hacía con tanto arte, seguro era exquisito. El perfume cítrico de la piel de la toronja, y sus gajos colorados te traerán a ti recuerdos de tu infancia, ¿no?, por cierto, ¿tu no continuas la tradición de tu abuela?, jajaja, conozco tu especialidad culinaria, y no tiene nada que ver con toronjas, pero bueno, eso es entre nosotros.
Un beso!
Bueno, el azafate si, es una batea de madera, utensilio que antes era muy usado, mi Abuelita era de " Bocono", y si de mi infancia la recuerdo como quien dice en criollo " Torciendo" las tiritas, quedaban como tornillos, y eso lo hacia una a una, con sus manos, total y absolutamente artesanal, y se sentaba al lado de la puerta que daba al solar porque hacia mucho calor en Guanare vivia ella..., aquello era casi un ritual culinario...se venia linda haciendo eso...
Luego en ese mismo azafate lo ponia en el patio a serenarlo con la luna..al dia siguiente los bañaba en almibar hecho por ella..., ese era otro ritual...para que el almibar llegara a su punto justo.
y bueno corazon yo no soy de mucha devocion por pasarme el dia haciendo algo asi, me quito el sombrero ante las mujeres que como ella lo hacen para que llegue uno y en diez minutos se devore el frasco de vidrio en que los guardaba.
Mi abuelita hacia un dulce de leche cortada que no tiene igual...he probado muchos y la gente acostumbra dejar la leche dorada. ella no. ella lo dejaba blanquita y eso a mi me encantaba!!!!...
Hacia buñelos en semana santa...que eran mi delirio...y rosquitas..para tomar con cafecito con leche en la mañana....
La extraño mucho, la cocina de la casa no es la misma, que dejo la viejita.
Sabes que ella decia:
" No se puede cocinar con los pies sucios"
" Ni desnudo, eso es una falta de respeto"
:D wow..a veces yo ando cocinando...ya sabes...y me acuerdo de ella y me pongo al menos una batica...!!!
Mi abuelita era un pancito dulce con miel. Asi como los dulces que hacia. asi era ella...
Se sentaba y me tomaba de la mano y me decia " mi negrita"...y le encantaba mi cabello negro. me lo peinaba y acariciaba largo rato.
Cuando nos veia salir en el carro camino a BQTO, nos echaba mil bendiciones y la veias santiguando el carro...diciendo..."
" Dios me la bendiga y me la acompañe y la virgen...no se que cosa" toditos los santos....
En fin....ya se fue la viejita...y me extendi a hablar de ella, no sigo porque no quiero llorar...
Abrazos.
Eso es lo bonito de la cocina, tu abuela logró mucho más que esos 10 minutos que tardaban en devorarse todo el frasco de su rico dulce de toronja, logró la eternidad, inmortalizarse en tu memoria con el amor que le ponía como ingrediente principal a ese postre. Fíjate todos los recuerdos que de ella has evocado, teniendo como eje central su sabrosa cocina.
Mi abuela Ligia (QEPD), a quien tu sabes que quise y quiero con locura, ya que más que mi abuela, era también mi madre; no era muy amiga de la cocina, era más como las mujeres de hoy en día, adelantada a su tiempo quizás.
Ella tenia su trabajo de oficina a tiempo completo, era telegrafista y una persona sumamente activa, que no podía estar mucho tiempo en casa porque se agobiaba, algo claustrofóbica se podría decir.
Sin embargo, tenia unas 4 especialidades culinarias que se le daban como a nadie, nunca he podido probar otras iguales de sabrosas. Esos platos eran:
-Asado negro: receta típica caraqueña, que a mi abuela le quedaba divina.
-Carne fría: muchacho redondo cocido cortado en filetes que se macera en una especie de vinagreta aliñada, que lleva además papa cocida, cebolla, tomate, pimentón, alcaparras, y aceitunas. Esta receta es muy apropiada para el cálido clima de nuestras tierras venezolanas, porque se come en frío.
-Hayacas: se que es un cliché eso de decir que la mejor hayaca la hace mi mamá, pero es que así lo sentía yo en el caso de las de mi abuela, ella les ponia gallina y carne de cerdo, la masa nunca le quedaba ni demasiado fina ni demasiado gruesa, y eran del tamaño ideal: ni demasiado grandes ni demasiado pequeñas, sus hayacas eran LAS HAYACAS. Disfrutaba mucho en navidades ayudándole a hacerlas, es uno de los recuerdos más sensoriales que tengo, ya que la hayaca es una pleyade de aromas, sabores, colores y texturas.
-Muslos de pollo guisados en tomate: es un plato vulgar, un plato sencillo y cotidiano, muslitos de pollo guisados con un sofrito de ajo, cebolla, perejil y tomate, pero a mi abuela le quedaban como a nadie, he intentando hasta el cansancio que me queden como a ella, pero es inútil, no lo consigo.
Esas eran sus "especialidades", te digo, mi abuela no era nada amiga de la cocina, en realidad le estresaba mucho, su dieta personal era a base de arepa con mantequilla y café negro, y mal no le fué con eso pues vivió más de 80años. Pero a pesar de todo, fijate que igual que tu abuela, también dejo grabadas en mi memoria sus huellas culinarias.
También me extendí más de la cuenta, pero estas viejitas bellas y sus recetas asi lo ameritan.
Un beso!
Me encanto leer con esa misma devocion tus recuerdos de Mamay, y te entiendo..es que a uno se le iluminan los ojos hablando de ellas...
Tu sabes que nuestras abuelitas culinariamente tenian algo en comun.
Esos muslos de pollo, sabes que tal cual la mia hacia el pollo, con tomate y un sofrito de cebolla y ajo exxxxquiisitisimo y yo no entendia porque era tan basico y era una delicia...mi mama " intentaba" hacerlo igual...pero jamas..y ella lo sabe....:D
Solo una vez en mi existencia..y no se como...yo hice algo asi...
Aquel aroma...me dieron casi ganas de llorar...y si..me quedo por un solo dia como ella...
Quiza me soplo al oido la receta desde el cielo....... ;)
eso fue un milagro...era ese mismo sabor. no se como lo hice..y lo logre...
pero...ese evento extraordinario no ha ocurrido de nuevo...
Hoy dia, de ella guardo sus recuerdos que son miles...
y una foto en la esquina de mi sala...;)
Un abrazo, Ygnacio.!
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