"La mancha humana". Philip Roth. 2000. Mondadori. ISBN: 978-84-8346-530-1
Una de las historias más impactantes que he podido leer, la de Coleman Silk, el protagonista de "La mancha humana", novela del año 2000 de Philip Roth, célebre autor norteamericano. La obra nos transporta hacia lo más profundo de la idiosincrasia yanqui, de su hipocresía puritana, de su incontenible racismo, de secretos no revelados, falso estoicismo y traumas post bélicos. "La mancha humana" nos cuenta la vida de Coleman Silk, un profesor universitario de literatura griega en Nueva Inglaterra, EE.UU; que cae en desgracia por un absurdo e insignificante comentario hecho en clase, y que es malinterpretado como racista. En tal trance Coleman es un árbol caído, del cual toda la comunidad de su universidad hace leña, ni sus más cercanos colaboradores en el trabajo hacen algo por evitar la despiadada condena, más bien lo contrario, se ensañan en su contra, especialmente la profesora Delphine Roux, francesa, atractiva, feminista, conservadora, profesional exitosa, y que guarda una reveladora paradoja en su manía contra Coleman. Todo esto ocurre en el año 1998, los tiempos de la felación más tristemente célebre de la historia contemporánea de Estados Unidos, la presidencial perpetrada por Mónica Lewinsky.
Coleman es aún más prejuzgado ya que además de ser acusado de racista, se descubren sus relaciones con Faunia Farley, empleada de limpieza de la universidad, a quien el catedrático dobla en edad. Ella es una mujer humilde, resignada con la vida, Voluptas, quien piensa que su mayor logro es que piensen que es estúpida, siendo en realidad una ávida lectora, amante de los grajos, esos pajarracos similares a los cuervos, de plumaje lustre púrpura y que emite raros graznidos. Faunia ama a los grajos porque desea de alguna manera abandonar la especie humana, por ello se lamenta de que los grajos vivan tan cerca de los poblados, teme que puedan humanizarse. Ella visita un grajo domesticado de nombre "Príncipe", un día el ave se escapa y se reúne con otros grajos no domesticados en un árbol, los grajos salvajes comienzan a picotear y a acosar a "Principe", quien no conocía el lenguaje de los grajos, no entendía a los de su especie, fue criado bajo la mano del hombre, por gente como nosotros, bajo la mancha humana:
"...dejamos una mancha, dejamos un rastro, dejamos nuestra huella. Impureza, crueldad, abuso, error, excremento, semen..., no hay otra manera de estar aquí. No tiene nada que ver con la desobediencia. No tiene nada que ver con la indulgencia, la salvación o la redención. Está todo en el mundo, nos habita, es inherente, definitoria". Philip Roth. La mancha humana. 2000.
Roth, a través de Coleman y Faunia, nos lleva hacia los vastos territorios de la imperfección, del egoísmo, de lo grotesco, hacia lo irracional del objeto del deseo, de la penetración, la fatalidad de una "mamada". También nos habla de la perversidad de la criatura humana, de como la jubilación prematura a la que es obligada Coleman al ser injustamente acusado de racista, desata en la comunidad universitaria de Athena, una malignidad casi patológica, en la que los protagonistas son la hipocresía, la maldad, la tergiversación, el puritanismo y la mentira, elementos con que los que yo creo que nos encontramos de manera cotidiana en nuestras humanas y manchadas vidas. Durante la lectura de la novela, pensé varias veces en ese juego de significados que Roth diseñó con maestría, de llamarse la localidad donde Coleman enseñaba "Athena", casi como la capital de Grecia, además, paradójicamente Coleman era profesor de literatura griega, volviéndose su propia vida tan aciaga como cualquier tragedia griega de Eurípides o Sófocles, con todo y sus coros.
Los personajes de la novela tienen una vasta profundidad y mensajes muy definidos: a través de Lester Farley, ex esposo de Faunia, veterano de Vietnam, atormentado, traumatizado, furioso, nos lleva hacia el absurdo de la guerra y la intolerancia. Nathan Zuckerman, el amigo escritor de Coleman en el último tramo de su vida, nos ofrece un agónico rayo de esperanza, del valor de la amistad, la honestidad y la comprensión. Faunia Farley es la humildad, Delphine Roux la arrogancia, y las relaciones que Coleman tiene con su familia representan de alguna manera esa ficción, esa ausencia de determinismo, o como diría Nietzsche, ese perpetuo baile de máscaras que es este mundo en que vivimos. Porque como escribe en su novela Nathan Zuckerman: el arte de Coleman, su singular acto de invención, cada día, al levantarse, era lo que había hecho de sí mismo.
Sabiendo que todos tenemos secretos, que todos tenemos algo que no queremos que los demás conozcan, creo que todos deberíamos leer esta reveladora novela.
Coleman es aún más prejuzgado ya que además de ser acusado de racista, se descubren sus relaciones con Faunia Farley, empleada de limpieza de la universidad, a quien el catedrático dobla en edad. Ella es una mujer humilde, resignada con la vida, Voluptas, quien piensa que su mayor logro es que piensen que es estúpida, siendo en realidad una ávida lectora, amante de los grajos, esos pajarracos similares a los cuervos, de plumaje lustre púrpura y que emite raros graznidos. Faunia ama a los grajos porque desea de alguna manera abandonar la especie humana, por ello se lamenta de que los grajos vivan tan cerca de los poblados, teme que puedan humanizarse. Ella visita un grajo domesticado de nombre "Príncipe", un día el ave se escapa y se reúne con otros grajos no domesticados en un árbol, los grajos salvajes comienzan a picotear y a acosar a "Principe", quien no conocía el lenguaje de los grajos, no entendía a los de su especie, fue criado bajo la mano del hombre, por gente como nosotros, bajo la mancha humana:
"...dejamos una mancha, dejamos un rastro, dejamos nuestra huella. Impureza, crueldad, abuso, error, excremento, semen..., no hay otra manera de estar aquí. No tiene nada que ver con la desobediencia. No tiene nada que ver con la indulgencia, la salvación o la redención. Está todo en el mundo, nos habita, es inherente, definitoria". Philip Roth. La mancha humana. 2000.
Roth, a través de Coleman y Faunia, nos lleva hacia los vastos territorios de la imperfección, del egoísmo, de lo grotesco, hacia lo irracional del objeto del deseo, de la penetración, la fatalidad de una "mamada". También nos habla de la perversidad de la criatura humana, de como la jubilación prematura a la que es obligada Coleman al ser injustamente acusado de racista, desata en la comunidad universitaria de Athena, una malignidad casi patológica, en la que los protagonistas son la hipocresía, la maldad, la tergiversación, el puritanismo y la mentira, elementos con que los que yo creo que nos encontramos de manera cotidiana en nuestras humanas y manchadas vidas. Durante la lectura de la novela, pensé varias veces en ese juego de significados que Roth diseñó con maestría, de llamarse la localidad donde Coleman enseñaba "Athena", casi como la capital de Grecia, además, paradójicamente Coleman era profesor de literatura griega, volviéndose su propia vida tan aciaga como cualquier tragedia griega de Eurípides o Sófocles, con todo y sus coros.
Los personajes de la novela tienen una vasta profundidad y mensajes muy definidos: a través de Lester Farley, ex esposo de Faunia, veterano de Vietnam, atormentado, traumatizado, furioso, nos lleva hacia el absurdo de la guerra y la intolerancia. Nathan Zuckerman, el amigo escritor de Coleman en el último tramo de su vida, nos ofrece un agónico rayo de esperanza, del valor de la amistad, la honestidad y la comprensión. Faunia Farley es la humildad, Delphine Roux la arrogancia, y las relaciones que Coleman tiene con su familia representan de alguna manera esa ficción, esa ausencia de determinismo, o como diría Nietzsche, ese perpetuo baile de máscaras que es este mundo en que vivimos. Porque como escribe en su novela Nathan Zuckerman: el arte de Coleman, su singular acto de invención, cada día, al levantarse, era lo que había hecho de sí mismo.
Sabiendo que todos tenemos secretos, que todos tenemos algo que no queremos que los demás conozcan, creo que todos deberíamos leer esta reveladora novela.
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