miércoles, 30 de septiembre de 2009

Luz del alma: DIVIDIDOS, aplanando penas en Málaga


Recientemente tuve la grata noticia de que Divididos, la aplanadora del rock argentino, harian una gira de 4 conciertos por territorio español que incluiria presentaciones en Madrid, Barcelona, Mallorca y Málaga. La mítica agrupación liderada por Ricardo Mollo, capaz de llenar legendarios recintos en su país tales como el estadio del River Plate o el extinto Obras; vendría a España a tocar en salas con capacidad para unas 500 personas como máximo. Para los latinoamericanos que vivimos aqui en España es un verdadero lujo poder disfrutar en vivo de una banda tan grande como DIVIDIDOS en una sala de las dimensiones de una discoteca, ya que en Argentina son permanentes componentes de carteles de festivales de rock nacional tales como el Quilmes o el Cosquín, que llegan a convocar a más de 50 mil personas cada noche.

Pues bien, llegó el día, por proximidad geográfica decidimos verlos en Málaga. Fecha 26/09/2009. Lugar del concierto: Sala Vivero, hora pautada 10 de la noche. Era primera vez que iba a esa sala, no la conocía, está situada en una zona industrial. Al llegar nos encontramos con una gran cantidad de compatriotas de DIVIDIDOS, muchos de ellos vistiendo camisetas de la selección de fútbol argentina, con sus franjas albicelestes, los gauchos hablando, quizá exageradamente, con su tan característico acento, probablemente felices de re-encontrarse con su idiosincrasia, con su inconsciente colectivo, para mi era muy interesante ese viaje hacia Argentina que estaba haciendo, sin salir de suelo español.

Conseguimos ubicarnos en primera fila, pegados a la valla, a escasos 1,5 metros del escenario. Con una hora de retraso más o menos sale a escena la aplanadora. Mollo desborda simpatía, se deja querer por su público que canta "escúchelo, escúchelo, escúchelo, la aplanadora del rock&roll, es DIVIDIDOS la puta que lo parió", me parece simpático ese cántico que los argentinos le tienen a la banda cuando se presentan en directo, es como muy futbolero, el canto a duras penas se aplaca cuando Mollo toma su preciosa Les Paul roja y suenan las primeras notas de "Salir a asustar".

Mientras se nos viene encima esa aplanadora sónica, ese trepidante y vertiginoso torrente de armonías, distorsión y ligaduras de pentatónicas y de escalas de blues, me doy cuenta de estar en presencia de una de las bandas de rock más curtidas que haya podido ver, unos verdaderos maestros. Mollo es un guitarrista impecable, dueño además de una envidiable voz que conserva en buena forma aún con su manera tan extrema de cantar. Para esta gira Mollo vino provisto de 04 "violas" (guitarras): 1 Gibson Les Paul roja, 1 Gibson SG color crema, y 2 Fender Stratocaster. Diego Arnedo es un bajista admirable capaz de hacer de su instrumento una experiencia musical plena y autosuficiente, son memorables sus riffs. Ciatravella, el baterista, es un chico joven que es un prodigio. Ellos tres en conjunto logran hacer algo mucho mas grande que la suma de sus partes.

Suena el segundo tema "Elefantes en Europa", muy bueno, el concierto se prolonga durante más de dos horas y media, con un primer tercio de alta intensidad en el que tocan temas rápidos como "Sucio y desprolijo" "Sábado" o "Rasputín". Sigue un segundo tercio en el que Mollo y Arnedo se sientan en banquetas y disminuyen el ritmo, se relajan y tocan genialidades tales como "Spaguetti del rock" "Par mil" o "Vientito del Tucumán", luego se ponen de pie de nuevo para tocar dos temas, que como dijo Mollo, son de dos guitarristas negros zurdos: tocan "El Arriero" de Yupanqui y "Voodoo Chile" de Hendrix, tanto uno como otro, estuvieron geniales.

El último tercio del concierto fué el de mayor intensidad, tocaron un tema de su nuevo disco inédito, cuyo título no recuerdo, y a partir de allí le dieron un repaso a todos los grandes exitos de la banda, tocaron "Paisano de Hurlingham", "El 38", "Ala Delta" y lo que ellos llaman el "Sumazo" es decir, un popurri de clásicos de Sumo, que fué el clímax de un concierto en el que DIVIDIDOS dieron todo de sí para responder a su público.

Ricardo Mollo al final obsequió con un plectro a cada uno de los que estábamos en primera fila, yo tuve la suerte de recibir uno de sus propias manos, son de la marca "Ernie Ball", de dureza media "M". Es muy agradable lo accesible que es Mollo con su público, lejos de los cánones del divo rockstar. Es un tipo sencillo, amigable, que recibe con cariño regalos del público, desde el escenario habló por el teléfono celular con el amigo de una chica del público.

Como punto a mejorar, quizá serían algunos detalles acerca de la acústica de la sala Vivero y de la ingenieria de sonido, en ocasiones la voz de Mollo se escuchaba muy poco, sobre todo en los 4 o 5 primeros temas, y la guitarra a veces estaba saturada, tapando bajo y batería. Al ser la sala pequeña, el volumen tan brutal con el que sonaba la banda, me dejó con pitidos en los oidos durante dos días. Estos factores no tienen que ver con la banda, pero podrían ser mejorables. Sin embargo, ello no impidió disfrutar plenamente de DIVIDIDOS, no dudaría en volver a ver a la aplanadora del rock argentino, en la Sala Vivero, y cada vez que se les ocurra la afortunada idea de volver por estos lados del mundo. Espero con impaciencia su noveno album de estudio. Espero también que los de Patagon Music, empresa organizadora de la gira, los vuelvan a traer a España pronto.